Con la serie aperiódica ‘Una cuestión personal’ pretendo rescatar pequeñas películas que pasaron de puntillas entre público y crítica y que por razones completamente personales forman parte de mis favoritos más personales.

Grace of my heart (1996) es una de esas películas que las televisiones utilizan como comodín para rellenar parrillas de fin de semana a partir de la una de la madrugada. A veces la llaman Corazón rebelde, otras veces de otra manera, pero yo siempre la conocí con su nombre original, que también es la frase principal del tema A boat on the sea, de Kristen Vigard. Esa canción fue la que me llamó la atención y me hizo mirar el anuncio que Canal Plus hizo a finales de los noventa de la emisión de esta película.

Dirigida por Allison Anders, Grace of my heart es una de esas historias que de forma pausada te cuentan un fragmento amplio de la historia de los Estados Unidos utilizando como hilo conductor una historia puramente personal, en este caso la de la compositora ficticia Edna Buxton, que durante casi tres décadas compone grandes canciones para que otros artistas, genuinos, prefabricados, efímeros o consagrados las conviertan en grandes éxitos.

Pero además es una de esas películas que se acerca al sueño americano de una forma sincera y sencilla, desde una nostalgia bien entendida y sin concesiones embellecedoras pero con una añoranza emocionante de una forma de ver la música que acompañó a varias generaciones del país.

DEBILIDADES: Nunca puedo resistirme a una película que habla de los bastidores, de lo que se cocina detrás de lo visible; una película sobre compositores de música popular tiene medio camino hecho conmigo desde el principio. Ileana Douglas, su protagonista, es una mujer de cara extraña y físico contrahecho pero que me provoca fascinación. Patsy Kensit es uno de los amores de mi niñez, y John Turturro siempre mejora cualquier película en la que sale.

LA SECUENCIA: Después de veinte años en la sombra, Edna consigue grabar un disco con su propia voz, lo que siempre quiso hacer, arropada por sus compañeros y amigos de carrera. Y es un momento emocionante.