Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Capítulo 3: No le des ni un respiro al protagonista
Ya tenemos al personaje principal definido, a sus aliados, a sus antagonistas, a su contexto… pues ahora hay que hacer que las pase canutas. Haz que dude de todo, que su fuerza sea puesta en entredicho, que toque fondo. Los héroes épicos se crecen en la adversidad, y el hundimiento físico y moral es un paso imprescindible para la humanización y total empatía con el protagonista.
Que Benjamin Franklin y la corte francesa se rían de él y de sus rudos modales de campesino de Boston, que su mujer dude de sus sentimientos y de su matrimonio, que se encuentre sin capacidad de ser diplomático, incapaz de aglutinar alianzas, innecesario y lejano a su tierra en pleno proceso de independencia. Que su vanidad salga a la luz y se vuelva contra él, que los honores se lo lleven otros, que termine vencido y humillado. Que se maree en el barco, que prescinda de su hijo, que cierre esas desventuras comido por la fiebre y por la enfermedad en una ciudad donde no entiende el idioma.
Capítulo 4: Dale un respiro al protagonista
Antes de emprender la recta final de la gran historia que estamos contando, hay que dividir en dos la gran historia épica norteamericana. La primera parte nos cuenta quién es ese gran hombre; la última nos cuenta su ascenso a los altares de la historia. En medio tiene que haber… un descanso. Un paisaje relajante que nos recupere (a los espectadores y al protagonista) de lo vivido y nos prepare para lo que queda por vivir.
Como al pobre John Adams, que después del mal rato que le hemos hecho pasar lo tenemos que volver a poner en juego poco a poco. Recibiendo a su añorada esposa en la corte francesa, presentándose ante el Rey de Inglaterra en el difícil cometido de ser el primer embajador de los Estados Unidos en la madre patria, regresando a América para recuperar su vida. Ahí podemos recuperar elementos medio olvidados, como los hijos de Adams, ahora adultos, los conflictos familiares o la constitución del primer gobierno de los EE.UU. Ahí, con Washington jurando la constitución como primer presidente de la unión, con voz atribulada y atenazado por la responsabilidad, podemos mostrar el regreso victorioso del abogado Adams del principio, que comprende que su rol de vicepresidente será fundamental para el devenir del nuevo país.
Capítulo 5: Que no te tiemble la mano a la hora de hablar de política
It’s all about politics, estamos haciendo una serie épica, una gran historia, estamos contando la vida de uno de esos prohombres que llenan las enciclopedias y los libros de texto. Así que tenemos que hablar de política, y tenemos que hacerlo sin miedo. Ya sea del nuevo orden mundial, de cómo queda el mapa de prusia o de la posición que vaya a mantener el gobierno de los Estados Unidos ante la Revolución Francesa, sin ahorrarnos los detalles de las guerras de poder entre Thomas Jefferson y Alexander Hamilton (con la cara de malo de Rufus Sewell). No olvidemos que cuando hablamos de Historia, hay cosas que todos sabemos más o menos que han sucedido, y como sucede cuando vamos a ver un concierto de rock, queremos que suenen los grandes éxitos.
Y sobre todo no olvides colocar a tu protagonista, a tu gran hombre, en el centro de todas esas maniobras. Que, con pesar, se vea obligado a intervenir para que la historia siga su curso. Que sea indispensable e inevitable.