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Butaca no numerada por Alberto Haj-Saleh

Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.

Tiempo muerto

He hecho vuelos transoceánicos dos veces en mi vida. En el primero viajé de Madrid a Quito, unas once horas eternas en un avión clásico, de los de compartir monitor con todo el pasillo de clase turista. Supongo que con tantas horas nos pondrían varias películas, pero yo sólo recuerdo un engendro llamado Otoño en Nueva York (2000), dirigido por la actriz Joan Chen y con una pareja tan absurda como la que formaban Wynona Ryder y Richard Gere.

La siguiente vez fue un Frankfurt-Calgary, otras nueve o diez horas. El cansancio me impedía ver con claridad (ya llegar a Frankfurt fueron muchas horas), pero las condiciones habían mejorado. Cada asiento tenía su propio monitor y un menú en el que elegir qué película ver entre un abanico bastante amplio de posibilidades. Cegado por la oferta escogí Déjame entrar y Coraline, ambas estupendas, las dos complejas y llenas de matices, las dos dejándome la sensación de que se merecían un visionado mejor que el de un monitor de un avión que sobrevuela Groenlandia. Es como si hubiese hurtado a esas películas su derecho a ser vistas en condiciones.

A la vuelta escogí Transformers y me ayudó a hacer desaparecer casi tres horas de viaje sin apenas darme cuenta. Me pareció mucho mejor inversión que las horas que usé a la ida con las otras dos películas.

El tren que une Madrid-Sevilla en cambio es mucho más directo en sus propuestas. El programa siempre, siempre será “mierda ligera”, algo que pueda ser enganchado con facilidad por los que suben en Córdoba, algo que no sea importante estar atento para seguir. Yo llegué a ver Guerra de novias sin los auriculares, sólo leyendo los subtítulos de vez en cuando. Al final las amigas que estaban peleadas vuelven a quererse, siento el spoiler.

Ayer, en mi último viaje en tren, me colocaron en el monitor del vagón Dos canguros muy maduros. A pesar de mi teoría de que los tiempos muertos de los medios de transporte sólo pueden ser rellenados por películas insignificantes, esta fue demasiado incluso para mí. Mi ordenador y Futurama hicieron el resto.

Alberto Haj-Saleh | 30 de junio de 2010

Comentarios

  1. Marcos
    2010-06-30 12:12

    Yo no viajo, así que no tengo experiencias al respecto.

    Sólo vengo aquí para decir que Alberto tiene razón, que traten de evitar por todos los medios a su alcance “Dos canguros muy maduros”, que huyan, corran, salten del avión si es necesario: no sólo se aburrirán de un modo apocalíptico, sino que se infiltrarán en su cerebro dudas existenciales acerca de cómo una productora puede pagar semejante guión, y cómo dos actores de renombre pueden entrar en un proyecto así, les ofrezcan el dinero que les ofrezcan.

    Yo he tenido que verla por motivos profesionales (la familia, en casos así, son motivos profesionales) y todavía tengo secuelas.

    Saludos

    P.D.: Transformers es una caca entretenidilla, vamos, una caca de esas que se sostienen solas sin deshacerse, pero que si te acercas huele mal, como todas.

  2. padawan
    2010-06-30 13:55

    Yo soy un sufrido viajero ocasional y gracias a Renfe y a la Continental he visto cosas horribles. Muy acertado eso de poner películas que se pueden seguir sin sonido, echando un vistazo de vez en cuando a los subtítulos. Así he “visto” “Tienes un email”, “Bedtime Stories”, de Adam Sandler, una peli de las gemelas Olsen, “The Perfect Man” con Hillary Duff (de esta me gustó que saliesen Styx tocando “Mr. Roboto” :D ), también vi “Eragon” en un viaje de ida… ¡y la volví a ver en el de vuelta! ¡¡“Glitter”!!! en la que sale Maria Carey con una gorra de Seguros Vitalicio, “50 primeras citas”, una película sobre un grupo de mujeres que hacían un edredón con retales… en fin, no me da para más la memoria, he debido “ver” más de cien de este tipo de películas a trozos, cuando me cansaba de leer, o había poca luz, etc. Ahora tengo un mini portátil y puedo ver lo que yo quiero :)

    También tengo que decir, a favor de la Continental, que también he podido ver “Stalag 17” en el autobús.

  3. gatavagabunda
    2010-07-02 10:02

    Calla, calla. Que en el último tren que he cogido nos han puesto “Fama”.

    Afortunadamente yo llevaba mi libro…

  4. Ana Lorenzo
    2010-07-02 20:09

    Yo hace mucho que no viajo en avión; y en el tren, hago como gatavagabunda: me meto en el libro :-)
    Pero que conste que por motivos profesionales, como Marcos, ayer me tuve que tragar un zapping entre Crepúsculo y El tuno negro; caramba, no sé cual fue peor, pero matar el tiempo es poco: lo liquidaron.
    Sospecho, además, que me tocará ir a ver Eclipse, porque mi hija se ha ido de campamento y sus amigos irán a verla antes de que ella llegue. ¿Se puede leer en el cine en el iPhone o te echan? Es que se lo pediría prestado a algún amigo para ese día.
    Un beso.


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