Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
En realidad (el estudiante de cine) no está buscando un entorno donde poder formarse en una técnica, o construírse una identidad como artista o artesano: Está buscando el sitio donde su talento tenga la oportunidad ponerse en práctica y verse confirmado lo antes posible. La obsesión por las clases prácticas, la preocupación por el crédito que se te concede el último día… Revelan que el futuro alumno, en el fondo, cree que aprender, lo que es aprender… No tiene mucho que aprender, pero sí mucho que demostrar.
2009-08-05 16:11
El punto 2 (¿Se puede ser…?) es extensible a cualquier crítica, creo. Lo mismo pasa con la literatura. Son artes populares; fíjate que creo yo que en la música culta (perdón, llámesele clásica) no sucede lo mismo, porque el mercado que se mueve alrededor es un mercado con conocimientos específicos sobre la materia y por lo tanto exige críticos a su mismo nivel.
En cuanto a los dos últimos puntos… supongo que depende de la perspectiva: si te sitúas muy arriba, efectivamente son lo mismo.
Saludos