Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Post publicado en una discusión amistosa en el focoforo con el usuario Salanover:
Hay dos cosas que tengo que aclararle antes de discutir, si es que tenemos que discutir: en primer lugar, no se puede luchar contra el aburrimiento a menos que uno le encuentre sentido a ese aburrimiento. Si usted se aburrió, o se aburre con esta segunda… poco más se puede hacer. Cuando uno se aburre, se aburre y punto, da igual que baje Guarner o Marías y explique por qué una película es maravillosa.
La otra cosa es que, a pesar de la afinidad o el rechazo que pueda dar el personaje, creo que la película es valiosa mucho más allá de cualquier connotación ideológica. Es cierto que Soderbergh muestra simpatías hacia la guerrilla y los guerrilleros en general, pero tengo la sensación de que si rodáramos una película de 5 horas metidos en un batallón nazi acabaríamos teniendo las mismas simpatías (por cierto, que ideaca…).
[SPOILER LEVE]
Mire, la película acaba con dos detalles importantes; uno es que la canción que acompaña los últimos segundos del film es esta, Balderrama, cantada por Mercedes Sosa. Es una canción de borrachos al final de la noche de alcohol, como el “miudiño” gallego: con un punto de tristeza futura, ¿sabe? “Dónde iremos a parar si se apaga Balderrama”, Balderrama es una bolera mítica argentina, una especie de Café Gijón de por allí. Esa melancolía por el futuro que vendrá casa de la leche con la primera parte, que es un crescendo gozoso revolucionario, una escalada hacia la victoria que termina en punto álgido, con el regreso a La Habana a plena luz, el cénit de todo. Que esa canción suene en el punto más hondo del fracaso del Che es muy significativo.
El otro detalle es el plano final, tomado de la primera película, donde Guevara mira a Fidel en la cubierta del Granma, camino de Cuba, y esa mirada es inescrutable: no tenemos ni puta idea de qué cojones está pensando de verdad. Y eso sucede siempre, porque Soderbergh filma al Che desde un perímetro cercano de seguridad, lo rodea como a un metro de distancia pero nunca hace nada por entrar más adentro. Para mí convierte el defecto en virtud, consigue que la imposibilidad de entrar en su cabeza sea un punto a favor a la hora de retratarlo
[FIN SPOILER LEVE]
En muchos aspectos Guerrilla me ha recordado a El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Si ha visto esa película, hay unos 50 minutos bastante duros de ver en el cine, totalmente contemplativos, donde la vieja banda de Jesse, ya desperdigada, camina sin rumbo por los parajes del oeste, pasando de un escondite a otro, de un desván a un sótano. Su tiempo se termina y simplemente caminan a esperar que alguien acabe definitivamente con ellos. Esos 50 minutos cobran una fuerza enorme al ver la parte final de la película, donde asumes plenamente que Dominik ha colocado una cámara para filmar DE VERDAD el fin de una época. El propio Jesse ha dejado de tener sentido más allá de su eco como mito, y al perder ese sentido simplemente se deja morir, en un extraño modo de suicidarse.
Yo creo que Guerrilla es el relato de un suicidio dilatado en el tiempo. Es necesario (creo yo) asistir al ascenso lleno de discursos y proclamas de El argentino para recibir el choque visual y narrativo que significa Guerrilla (donde por cierto, la música zumbante de Alberto Iglesias coge una importancia enorme): desde el arranque de la película (Fidel leyendo la carta de despedida visto desde un televisor viejo) el Che que vemos ya no es el que vimos en la otra, ya se ha vuelto hermético del todo y se mueve como un mesías, impulsado desde fuera, no desde dentro. Eso está filmado de puta madre, Salanover, el cambio de luz, de fotografía, la cámara suavísima (la hostia, que bien rodada está), los murmullos. ¿Entiende? En 140 minutos hay sobre todo murmullos, gente hablando bajito.
Soderbergh es el tío más frío del mundo filmando, pero le juro que aquí ha hecho una película del copón. De verdad creo que este tío ha logrado filmar una epopeya de la leche sobre un personaje, eso, mesiánico, de la única manera posible, casi como reportero. Ah, de Benicio del Toro no hablo. Desde el minuto 15 de la primera parte dejo de ver al actor. En mi vida he visto una interpretación como esa, así que no hablo.
2009-04-18 16:58
Este post me ha recordado que la tengo que ver cuanto antes. Por ahora, nadie me va a bajar del burro respecto a la primera parte. Pero reconozco que su defensa del díptico de Soderberg es admirable.
Acerca del aburrimiento: El aburrimiento no puede ser un argumento tajante en contra de ninguna película(En un blockbuster, quizás). Se pueden notar problemas de ritmo y marcarlos, pero el aburrimiento es una sensación sin fundamento, pienso(aunque todos la utilicemos).
2009-07-31 18:41
Valderrama se escribe con “Ve corta”
Valderrama es una peña tradicional de Salta (Argentina) donde se canta folklore. La compuso el “Cuchi” Leguizamon, poeta Argentino, la letra hace mención a dicha peña.
Saludos desde Chaco – Argentina
2009-07-31 19:13
Vaya… ¿seguro? Yo saqué el nombre de la web oficial de Mercedes Sosa, donde se escribe con B:
http://www.mercedessosa.com.ar/cancionero/letras/balderrama.htm
2010-10-10 17:50
hermosísima impresionante la película, gracias!! (sí Balderrama va con B, porque el otro es el querido futbolista Valderrama)