Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Con más de treinta grados fuera y las salas de cine bajo mínimos el DVD se vuelve nuestro mejor amigo, acompañado de contraventanas cerradas y tiempo disponible para poder recuperar centenares de clásicos que esperan pacientemente a ser redescubiertos por enésima vez. Cojo la caja de La diligencia ( John Ford, 1939 ) y miro hacia ella interrogativamente. “Insuperable”, me confirma. Devolvió al western a la primera fila, marcó las bases del género, dándole los rasgos que lo han convertido en lo que es, delimitando las formas del cine clásico. Y colocó a John Wayne en un primer plano del que ya no volvió a salir. Es una gran elección, por lo tanto.
Aunque las convenciones del Hollywood de los años 30 nos deparen casi siempre un final feliz yo diría que La diligencia es una de las películas más fatalistas y que mejor ha sabido representar la inevitabilidad y el destino prefijado de toda la historia del cine.
2008-07-24 22:45
Muy interesante ver La Diligencia como película de suspense (muchas de John Ford son historias de gente sitiada, o de lugares cerrados a donde llega alguien de fuera). Y hay que ver cómo se consigue darle a John Wayne esa presencia, sobre todo por lo poco que habla (John Ford sí que sabía!!)
saludos