Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Es difícil describir con palabras lo que significa tener presencia en pantalla. Determinados actores y actrices simplemente la tienen; no se trata de interpretar mejor, de bordar un papel, de amplitud de registros, ni siquiera de belleza o de poderío físico. Se trata de una cualidad invisible que no se ve, se percibe. Algunos rostros poderosos llenan una película con su mera aparición en ella y es necesario mucha de ella (la presencia) para sostener un primer plano largo o una cámara que te persigue durante minutos. He seleccionado algunas de mis favoritas.
Al Pacino y Diane Keaton
Durante cuarenta segundos larguísimos, Michael Corleone observa a la que ha sido su esposa y madre de sus hijos, Kay, que ha regresado a casa de su marido. Ni ella ni nosotros somos capaces de sostener la mirada gélida, despreciativa y terrible de Michael antes de, sin que le tiemble la mano, cerrar la puerta en la cara de su mujer. El padrido, parte II ( Francis Ford Coppola, 1974 )
Susan Sarandon
En una película como En el valle de Elah ( Paul Haggis, 2007 ), dependiente de la imponente presencia de Tommy Lee Jones, el director Paul Haggis reserva dos minutos sobrecogedores de metraje para que nos detengamos en la cara destrozada y atónita de Susan Sarandon intentando comprender que la montaña de huesos que está viendo es lo que que queda de su hijo. Ambos actores llenan tanto el espacio que cuando se marchan el vacío es insoportable.
Anthony Hopkins
No importa cuan manida esté la imagen de Hannibal Lecter tras el cristal. Desde el primer momento en el que la agente Starling cruza la zona de enfermos peligrosos de la penitenciaría y vemos a Lecter esperándola de pie no podemos dejar de ver otra cosa durante toda la película. Lecter aparece poco más de veinte minutos en ella pero sentimos su aliento en el cuello aunque no esté físicamente. Este análisis de quién es Clarice Starling la hace tiritar de frío y a nosotros con ella. El silencio de los corderos ( Jonathan Demme, 1991 ).
Harvey Keytel
Hay que tener mucha presencia para sostener cinco minutos de una cámara apuntándote, con apenas un par de contraplanos, mientras, sencillamente, cuentas una historia. Supongo que hay que ser Harvey Keytel para saber contar así de bien mientras lo miras un buen cuento de Navidad como el que le cuenta a William Hurt en Smoke ( Paul Auster y Wayne Wang, 1995 )
(Aquí tienen el texto del cuento completo).
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Se abre la veda en los comentarios para que dejen sus presencias poderosas en pantalla. Se agradecerán.
2008-06-11 16:48
No siempre el mérito es único del actor o actriz. Algunas veces procede del director o incluso de los diseñadores de vestuario. ¿Qué me dices de Darth Vader o de HAL 9000?.
2008-06-11 18:08
Estoy de acuerdo con todos los nombres que aportas; eso no quiere decir que no tengan malas actuaciones, algunos demasiadas.
Para mi falta uno de los que tienen más presencia: Jack Nicholson. Pena que también acumule tantas sobreactuaciones.
¿Otro? Un secundario de lujo: Ernest Borgnine.
Saludos
2008-06-11 21:58
ay, esa escena de Al Pacino es durísima, esa frialdad, esos ojos secos… pero es que ni todos nosotros despiezando esa película le quitamos mérito. Mi favorita es más tópica, en fin, Michael Corleone ante la puerta del hospital donde su padre está herido, esperando que vengan los matones a rematarlo, da fuego al pobre tipo que lo acompaña, que está hecho un flan, y se da cuenta de que a Él no le tiemblan las manos. Ese momento, la percepción de lo que le diferencia, la decisión de asumirlo, le convierten en lo que luego será, en un tipo capaz de cerrar esa puerta…
Perdón por el rollo
saludos
2008-06-11 23:17
Entre mis “presencias” favoritas (ciñéndonos a tu definición) estarían James Cagney (de gangster), Mitchum, Edward G. Robinson, Charles Laughton, Bette Davis, Steve McQueen de la mano de Peckinpah.
Una presencia reciente y rotunda: Daniel Day-Lewis en “Pozos de ambición”. No sé si me enamora su actuación, pero su simple aparición en pantalla ya lo es todo.
2008-06-13 18:58
John Wayne al final de Centauros del desierto; pocas veces he visto algo más físico. Casi se le puede tocar.
Peter O’Toole en Lawrence de Arabia, tras la gesta (no la contaré) que convence a Omar Shariff de que el extraño y fascinante inglés es uno de los suyos: “Nada está escrito”
Paul Newman en todo, absolutamente todo Veredicto final. La presencia es constante.
Como la de Erich Von Stroheim en La gran Ilusión. Constante a pesar de lo relativamente poco que aparece. Domina toda la película.
Y más, y más, y más…
:)
2008-06-13 22:11
¿Qué me decís de Klaus Kinski? Sobre todo en Aguirre….
Yo no me atrevía a decir John Wayne, porque lo idolatro hasta la sospecha. Creo que es todo presencia, porque no es un gran actor, pero llena la pantalla él solo.
Saludos
2008-06-13 22:21
Puf, Kinski, esa cara era impagable, él si que era todo presencia, uno nunca estaba seguro de que estuviese actuando. Vaya ojos…
2008-06-14 02:07
Alberto, yo después de ver el impresionante “Mi enemigo íntimo” no tengo muy claro que estuviese actuando.
2008-06-16 14:10
Benicio del Toro siempre me ha producido todo lo que comentáis.
2008-06-18 13:15
Coincido con casi todos los que habéis dicho.
Otro que, como Klaus Kinski, me parece que solo con mirar y estar atrae a la pantalla es Rutger Hauer (el replicante por excelencia).
Es una debilidad mía, pero Laurence Olivier y Michael Caine en La huella ( Sleuth, de Mankiewicz http://es.youtube.com/watch?v=c8KPA-sKgqY) siempre me ha parecido que llenaban la pantalla, aunque la llenen en otras películas por separado, claro.
Y cuando Willem Dafoe se dedica a hacer de malo en las de Batman, no puedo evitar pensar que qué pena que no haga más películas de otro tipo. El carácter de malo le va al pelo, pero yo le aprovecharía para otras tipo abogado traicionero o empresario corrupto. Recuerdo que en Platoon, cuando muere, fue como si me quitaran uno de los motivos para seguir viendo la película.
Y de chicas, jo, los mitos de los 50: Marylin, Ava Gardner, Rita Hayworth…
Un beso.