Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Cuando se es tan tan grande como Rafael Azcona es muy tentador imaginarse su personalidad, su forma de ser, fingir conversaciones que no se tuvieron y colocar en su mente pensamientos que son solamente tuyos. Así, uno puede hablar con familiaridad, con cercanía, como si nos conociéramos de toda la vida, de alguien tan tan grande como Rafael Azcona. Él a mí creo que no, pero yo sí que le conozco de toda la vida. Y como le conozco desde hace tanto apostaría a que se murió pensando que a él no le conocía nadie.
Mi amiga J. se pasó muchos años dirigiendo un festival de cine español en Salzburgo (Austria), hasta que se cansó de pelearse con los escasos recursos de la Filmoteca Española. A ella se le ocurría un tema y luego me llamaba y me decía “Alberto, ¿qué películas se te ocurren que hablen de Madrid?”. Y allí que nos poníamos los dos a hacer una selección de todo lo que se nos pasaba por la cabeza. Al cabo de dos semanas J. me llamaba y me decía “oye, que en la filmoteca sólo tienen dos de las que dijimos, ¿que hago?”. Y yo le contestaba “cambia de tema”. Nos reíamos y ella acababa por concluir: “voy a escribir a Azcona, a ver si quiere venir”.
Nunca quiso ir. Rafael Azcona era de una timidez enfermiza, se avergonzaba profundamente de ser el mejor guionista español de la historia. “¿Yo?”, seguro que pensaba. “Yo solo escribo cosas divertidas para que la gente se ría, que el mundo es demasiado triste”. Y entonces, con esa premisa, iba y escribía El Verdugo ( Luis G. Berlanga, 1963 ). Me imagino a Carlos Saura, a Pedro Olea, a Juan Esterlich leyendo los guiones que le habían pedido y sonriendo mientras pensaban “es exactamente lo que había imaginado”. Y luego simplemente pasandolos a la pantalla para hacer La prima angélica ( Carlos Saura, 1974 ), Un hombre llamado Flor de Otoño ( Pedro Olea, 1978) o El anacoreta ( Juan Esterlich, 1976 ). Sin tocar una coma de lo que decía Rafael porque, para qué, si él ya lo ha contado perfectamente. Seguro que cuando alguien se le acercaba y decía “¡Qué buena que es Belle Epoque, Rafael!” él agachaba la cabeza y decía, “sí, está bien, es que Trueba dirige bien”.
Porque él sólo escribía, qué mérito tiene eso, ¿verdad? Total, lo único que hizo fue brindar la posibilidad a gente como Fernando Trueba, José Luis Cuerda o José Luis García Sánchez de hacer grandes películas que sin él ni siquiera habrían soñado con hacer. Pero no, si lo de escribir era sólo un trabajo, no tiene ningún mérito, cómo voy a ir a ningún festival de ninguna parte.
Un catedrático amigo de J. y conocido de Azcona le pinchaba: “Rafael, ¿no vas a contestar a la muchacha?”. Y él decía “sí, sí, a ver si encuentro tiempo”. “No te dará vergüenza, ¿no?”. “¿Vergüenza? No, no, en absoluto”. Y el catedrático sonreía pícaro y le decía “es que esa chica te tiene en un altar, eres como un dios para ella”. Y Azcona, rojo como un tomate, seguro que agachaba la cabeza y decía: “¿quién, yo? Si a mí no me conoce nadie. No tengo ninguna importancia”. Ninguna. Aunque yo creo que él tuvo la culpa de todo el buen cine español de los últimos cincuenta años. Minucias.
2008-03-26 10:50
Si Azcona fuese yanqui, habría dado al cine la mayor colección de obras maestras de la historia. Pero como no es yanqui, la mayor parte de sus genialidades fueron después rebajadas por nuestros directores y actores.
2008-03-26 11:04
Y tal vez ese desconocimiento por el “gran público” era bueno para los que le seguíamos con devoción. De haber sido su nombre el que figurase con letras de seis metros la gente, que es como es, le habría encasillado desquiciadamente.
¿Qué tendrán en común las astracanadas de Ferreri, las perversiones de Saura y las nostalgias de Berlanga o García Sánchez, que son ademas distintas nostalgias?
Fíjate, que para mí era un señor monógamo, fiel a un director y con la pata atada a su cama y ahí daba su mejor medida, pero que aquellos coqueteos con Luna, Masó o incluso con Trueba ni suyos me parecían, calidades aparte.
Adiós, Rafael. Te echaremos de menos.
(P.D.: Y discrepo con pinfloid, yo creo que si Azcona hubiera escrito para Hollywood hubiera sido un autor maldito).
2008-03-26 15:50
Gracias, Alberto.
2008-03-26 16:15
Un placer Airos.
Azcona siempre decía que era una puta, se iba con quien le pagara. Una vez añadió a esa frase una coda que daba su medida como escritor: decía que si la puta ponía toda su entrega y daba todo lo que tenía al cliente adquiría otra categoría moral. Y es que también entre las putas literarias y cinematográficas hay clases. Es posible que fuera monógamo sentimental, o más bien bígamo (o casi trígamo, ¿existe eso?) pero él cuando ponía los cuernos a Berlanga o García Sánchez o Saura con Trueba o Fernán Gómez siempre le ponía toda la pasión. Nada de “lo hice pensando en ti”, no. Belle Epoque es el mejor trueba posible gracias a Azcona, pero no es Trueba disfrazado de Berlanga.
Eso sí, Román, estoy seguro de que Azcona en los EE.UU. no habría sido un maldito sino un millonario. Es que aparte de su asombroso talento narrando tenía la habilidad de que todos todos nos sintiéramos cerca de lo que él contaba. Yo creo que sería como William Goldman pero mejor (los que me conocen saben lo que pienso de Goldman y lo gordo que estoy diciendo).
Pero tampoco estoy de acuerdo con pinfloid. Yo no creo que los directores españoles rebajaran las genialidades de Azcona: creo más bien que Azcona hizo geniales algunas películas de algunos directores que no son geniales. Que no es lo mismo.
2008-03-26 17:07
Miguel, yo también creo que Azcona enHollywood hubiera triunfado (todo lo que puede triunfar un guionista, claro). Sus guiones era taquilleros y fáciles y conjugaban el humor con el dramatismo y la crítica como lo hicieron los mejores allá.
Saludos
2008-03-26 17:07
Precioso, Alberto, y muy atinado eso de que dio la oportunidad de hacer algo grande a directores que no son grandes, para mí.
Un beso.
Ah, hay un especial sobre él en Rafael Azcona elmundo.es
2008-03-26 22:21
Vaya por Dios. Paul Scofield, Arthur C. Clarke, Anthony Minghella, Rafael Azcona… y hace unas horas se me va Richard Widmark.
No sé si en TVE siguen poniendo una película “homenaje” cada vez que cae una deidad del parnaso cinematográfico (ya hace tiempo que no sigo la cadena nacional) pero si es así los que cuadran la parrilla estarán de los nervios.
Y a cuenta del ya improbable (que no imposible) éxito de Azcona en el star system, tendréis razón… o no, pero no voy a discutirlo, al menos si Marcos no saca el single malt de su escondrijo, que esas cosas necesitan profundidad de campo para no llegar a ningun sitio, que es como suele suceder.
2008-04-03 00:22
Juan Bas publica un artículo (Guionista) a propósito de Rafael Azcona donde leo:
Además, en general, te pasa como guionista de series de televisión lo mismo que a los boxeadores: hay muy pocos con más de cuarenta años. Se prefieren jóvenes no por su frescura, sino porque se les paga menos y porque, al tener el sentido de la paciencia todavía poco desgastado, admiten mejor las chorradas que les encargan escribir y pautas de reescritura de guión que lo empeoran
Por si les resulta de interés ;)