Extraña, por lo menos, propuesta de reforma ortográfica:
Estoi kontra la hortografia, de Marcos Winocur: “La tendencia a abreviar en esta época de prisas, queda sancionada con la fuerza legal cuya fuente son los usos generalizados. Ejemplos: comper (con permiso) porfa (por favor) deque (no hay de qué) uni (universidad) profe (profesor) mano (hermano, se emplea de larga data) pa (papá) ma (mamá) pajuera (para afuera). ¿Quién dice apúrate y espérame? Nadie, acortamos: púrate y pérame.”