Arnaldo Pérez Guerra y Pablo Ruiz Espinoza escriben sobre la , una escuela de instrucción militar estadounidense que ha adiestrado a miles de soldados latinoamericanos: “Hace diez años, la prensa estadounidense dio un golpe noticioso. Dio conocer la existencia de «Manuales de Entrenamiento» utilizados en la Escuela de las Américas. Dichos manuales instruían cómo «...aplicar torturas, chantajes, extorsión y pago de recompensas por enemigos muertos». Los documentos le dieron la razón definitivamente al movimiento de derechos humanos que siempre denunció que allí se entrenaba a torturadores y asesinos.
Cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, asesinados y desaparecidos por soldados y oficiales latinoamericanos “entrenados” en la Escuela de las Américas.
El propio Plan Cóndor —coordinación de los militares del Cono Sur de América durante las dictaduras militares—, demuestra la estrecha unión que alcanzaron los uniformados para reprimir y exterminar al “enemigo interno”, incluso más allá de sus fronteras.
[...] El 2001, por su mala reputación, el Pentágono decidió cambiarle el nombre a Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica (WHINSEC). Pero sigue siendo una escuela de entrenamiento en «contrainsurgencia». «Otro nombre, la misma vergüenza», dicen quienes se oponen firmemente a ella.” Escuela de las Américas: una historia que no acaba.