Siempre he pensado que Hernán Casciari se excede en su personaje de «escritor provocador y deslenguado» pero confieso que este Argentinos a los besos, sobre la incapacidad del hombre español de besar a un amigo, me ha llegado al alma: “Hay algo que los une, sí, pero se parece más a un servicio de acompañantes simultáneo. Los hombres se encuentran en la calle, se saludan, van a la cancha, van al bar, conversan sobre Ronaldo y Ronaldinho, se emborrachan, ríen a carcajadas y se vuelven a dormir. Sin embargo, ninguno de esos hombres sabe nada sobre el alma del otro. Ninguno ha estado más de un momento en la casa de nadie. No han permanecido nunca a solas largas madrugadas, no se han dejado ver cuando lloraban, ni han confesado a otro hombre sus preocupaciones más profundas. Y no. Tampoco se han besado.”