Hace tiempo leí una viñeta de Mauro Entrialgo en la que un chico se quejaba de las imprecisiones de un artículo en un periódico sobre un juego de rol on-line. Su amigo le confesaba su horror ante el hecho de que si en algo tan insignificante como eso se desinformaba así, ¿qué barbaridades harían los medios con las noticias de política, sociedad, leyes…? Lo he recordado después de leer el enfado de Monserrat Galceran con El País y su cobertura de los acontecimientos de Oxaca (México): “Brad Will murió el viernes 27 de octubre, por un disparo en la boca del estómago. El mismo día murieron Esteban Lopez Zurita y el profesor E. Alonso Fabian. El periódico del sábado no da ninguna noticia del hecho, sino que sigue en la tónica de los días anteriores, presentando los acontecimientos en Oaxaca como resultado de presuntos contactos entre el movimiento popular y la guerrilla. La entradilla dice textualmente: «Líderes de la revuelta son acusados de tener vínculos con grupos armados de la región de Loxicha». Sigue un largo artículo seguido de otro en la página siguiente sobre la represión que tuvo lugar en la localidad DIEZ AÑOS ATRÁS. El lector tiene la sensación de que lo que está ocurriendo es resultado de vejaciones y culpas acumuladas pero no logra discernir los acontecimientos presentes que han desencadenado la crisis. En último término el recurso a la historia lejana del conflicto es una estratagema para eludir el análisis del aquí y el ahora.” La letra pequeña