Imperios contrastantes es un extracto del épilogo del nuevo libro de John Elliott, y en él se comparan la américa de colonización británica y la de colonización española; por ejemplo: “Luego de un incómodo periodo de convivencia, y enfrentados a pueblos nativos más escasos, que no se dejaban movilizar tan fácilmente como mano de obra, los colonizadores ingleses asumieron una postura más excluyente que incluyente en los términos ya establecidos en Irlanda. Sus indígenas, a diferencia de los de los españoles, fueron relegados al margen de las nuevas sociedades coloniales o expulsados más allá de sus fronteras. Cuando los colonos siguieron el ejemplo ibérico y empezaron a importar africanos para cubrir sus necesidades laborales, el espacio concedido a los esclavos por ley y religión fue aún más restringido que en Hispanoamérica.
Aunque redundaría en un legado terrible para las generaciones futuras, la negativa de incluir a los indios y los africanos dentro de sus comunidades ficticias dio a los colonizadores ingleses mayor libertad de movimiento para hacer que la realidad encajara en los moldes de su imaginación. Como no querían que la población indígena se integrara en las nuevas sociedades coloniales, no necesitaban adquirir los compromisos que sus contrapartes hispanoamericanas habían tenido que aceptar.”