Carlos Alonso Romero, certero una vez más, hace un Discurso oscuro… sobre la enfermedad del mercadeo de la palabra, explica primero el concepto y termina con ejemplos centrados —no sólo— en las elecciones catalanas, dejando antes esta aserción exacta y enmarcable: “sólo me queda declarar el marketing incompatible con la política necesaria (en cierto modo, una antipolítica), con una política tranquila, radical y consciente. Y por supuesto, al mismo tiempo, no me queda otra que declarar a la vez el marketing como la fórmula perfecta para comunicar el vacío que representa la política que actualmente padecemos, este régimen de tecnodemocracia progresada que requiere el Dinero para su eterno movimiento.”