Escribe Mar Rodríguez sobre El acoso y derribo a las bibliotecas españolas y tras resumir el estado de la cuestión (el canon por los libros, básicamente), propone algunas medidas, irónicas unas, quizás cándidas otras, e interesantes también: “3. Que los derechos de propiedad intelectual pasen a ser «bien común de la nación» una vez fallecido el creador de las obras, quizá con una donación simbólica a los herederos. No se conoce de hijos de albañiles que coman toda su vida por derechos de «cimentación y alzada de pared divisoria», por ejemplo.
4. Que los autores abonen un canon a las bibliotecas por depósito y salvaguarda de sus obras, por publicidad gratuita y por difusión.
6. Que los libros estén más a disposición de todos, que se abran más bibliotecas, que los fondos de las cenas de gala se reduzcan a la mitad y el resto se dedique a la compra de libros para bibliotecas, que se apoye el movimiento «el libro libre», el copyleft y el copyfight.”