Miren, llevo un rato buscando algún análisis interesante del resultado de las elecciones catalanas y claro, los hay, pero básicamente dicen lo que todos podemos decir. Por eso me quedo con el que hace Javier Ortiz, Sobre lo de Cataluña, análisis con el que no coincido en varias afirmaciones (en despreciar, por ejemplo, los tres escaños de una nueva formación política), pero del que aprecio su cansancio y hastío por la clase política: “Reparé anoche en el regreso apoteótico de una técnica política particularmente molesta. Me refiero al tan hispánico recurso a la excusa adversativa, que permite a muchos hacer como si tuvieran en cuenta realidades que de hecho desprecian. Me hicieron reparar en ello en tiempos de los GAL: «Por supuesto que condeno la actividad de los GAL, pero también es cierto que...», objetaban algunos (los de CiU, sin ir más lejos). Huelga decir que, a partir de esa afirmación, lo único que les importaba era el «pero también es cierto que». Ayer pasé lista y no hubo dirigente político catalán que no pretendiera haber «tomado nota» de la fortísima abstención. Por el discurso que se largaban todos a continuación, era muy de temer que esa nota que habían tomado se la llevaran a su siguiente visita al WC, por si les faltara papel higiénico.” Por cierto, ¿hay legitimidad democrática cuando apenas la mitad de los electores (no, por supuesto, la mitad de los ciudadanos) fue a votar?