Marta Peirano rescata en su blog un magnífico artículo suyo publicado el verano pasado en la Revista Libre Pensamiento sobre las leyes sobre la propiedad intelectual. El derecho a pensar: “Parafraseando al escritor Malcom Gladwell, la diferencia entre un crimen de maldad y un crimen de locura es la diferencia entre un pecado y un síntoma. No podemos culpar a aquellos que, como los herederos de Joyce y John Cage, utilizan la ley para sacar provecho de su situación. Ni siquiera podemos culpar a las empresas por abusar de su poder acallando denuncias o eliminando a la competencia, porque eso es lo que hacen las empresas. Por egoísta, disparatada, dañina o codiciosa que resulte su actitud, no es pecado sino síntoma, el síntoma de una ley enferma que debe cambiar.”