En su ensayo Rock y derecha José Ricardo March se aproxima a las relaciones menos conocidas entre la política y la música rock, tradicionalmente asociada con planteamiento anticonservadores: “Sin embargo, a lo largo de todos estos años ha existido una doble moral, subterránea en ocasiones, muy presente en otras, que ha ligado a los protagonistas de la música popular contemporánea con el mundo conservador. Una actitud que persiste en nuestra sociedad y que pocos revisan por miedo a destrozar una imagen alternativa creada cuidadosamente a retazos. Los devaneos de los artistas con los políticos no son beneficiosos para sus imágenes y deben ser olvidados. Sólo así se explica que Eric Clapton pase de puntillas sobre su pasado apoyo al extremista y racista Enoch Powell o que constantemente se olviden las simpatías pro-republicanas de Bon Jovi.”