Francamente interesante el análisis que hace Juan Urrutia de lo que él denomina Intertextualidad Inversa, una especie de «plagio al contrario» que consiste en añadir ideas propias de forma anónima a un texto ajeno: “En este mundo de las ideas escritas hay muchos tipos de genes egoistas. Puede ser uno de esos periodistas que ayudan a famosos a escribir un libro y que quieren dejar su impronta, quizá como venganza. Puede ser el editor de un ensayo al que mejora con sus «morcillas» sin un consentimiento explícito del autor. Y puede ser el director de un periódico que manipula los originales que le envía un colaborador habitual en un momento determinado para apoyar la estrategia comercial o política de su negocio.”