Jesús Gómez Gutiérrez, El mundo gris de siempre: “Es lógico que la exclusión social se mida especialmente en términos de exclusión económica, puesto que el primer derecho, el más básico y el de violación más inadmisible, es el derecho a sobrevivir; también es lógico que se enfatice la educación, entendida como acumulación de conocimientos y «en teoría» desarrollo de registros intelectuales suficientes; pero hay otro aspecto del problema que pocas veces se puede corregir aunque exista voluntad política y financiación: los registros emocionales. No aprendemos sólo datos y formas de pensar; también aprendemos formas de sentir, campo donde la desigualdad muestra una de sus caras más crueles y donde todavía existe aristocracia, plebe y esclavitud. En la práctica, aquellos chavales ya estaban condenados a cadena perpetua. Tu descontrol te llevará a la cárcel. Tu inseguridad apuñalará a tu mujer. Tus sueños de coño reproductor te harán tres niños a los quince y un corazón de asesor fiscal.”