En 1963 el profesor Rodríguez Delgado se plantó delante de un toro y controló sus movimientos a través de ondas de radio que incidían en un radiotransmisor implantado en el cerebro del animal. Antonio Martínez ilustra la historia de los avances del científico y se pregunta cómo puede permanecer en el olvido 50 años después: “Inexplicablemente, los trabajos del profesor Rodríguez Delgado permanecen en nuestros días en el olvido. Sus escalofriantes técnicas para manipular los impulsos cerebrales, precedentes de los actuales implantes para tratar el Parkinson o la epilepsia, han quedado olvidadas en algún recóndito archivo. [...] En 1952 el doctor Delgado describió por primera vez la posibilidad de implantar uno de estos electrodos en seres humanos. Durante los siguientes años implantaría electrodos en unos 25 pacientes, la mayoría esquizofrénicos, epilépticos o enfermos mentales del hospital de Rhode Island, en Massachussets. Operó, según asegura él mismo, solo en casos desesperados en los que la Medicina no había dado ningún resultado. Una justificación que, a los ojos de la ciencia actual, parece más que insuficiente.” El control de la mente.