Alejandro Polanco Masa nos introduce a la vida de la matemática francesa del siglo XVIII Émilie du Châtelet: “A pesar de su repentina muerte, sucedida en 1749, esta gran señora dejó huella. Hizo lo que pocos hombre de ciencia de su época, a saber, se interesó por las novedades que llegaban de lugares lejanos y, sobre todo, de Inglaterra y Holanda, para darse cuenta de lo manipuladas y llenas de prejuicios que estaban muchas obras de hombres sabios de Francia. Publicó estudios sobre la energía, la luz y, sobre todo, traducciones y estudios que intentaron sintetizar lo más interesante, a su juicio, de los trabajos de Descartes, Leibniz o de Newton. Lo típico, por entonces, era que cada «sabio» se decantara por uno de esos «bandos», así que una mujer se atreviera a congraciar las posturas sorprendió mucho.
Durante años se dedicó con pasión a traducir la obra cumbre de Newton. No se limitó a transcribir al francés los textos en latín del sabio inglés, nada de eso, su inquieto espíritu hizo que llenara su traducción con infinidad de notas, comentarios y apéndices con los que logró que la obra se comprendiera mucho mejor. Al poco de terminar tan magno trabajo, Émilie falleció, viendo la luz este libro, con prefacio de Voltaire, varios años más tarde. Se convirtió así en la única traducción existente al francés de los Principia de Newton.”