Ángel Gonzalo Ruíz aporta algunos datos sobre el comercio de armas y defiende la necesidad de una regulación de su venta: “Algunos de los países más pobres del mundo, incluyendo Botswana, la República Democrática del Congo, Nigeria, Ruanda, Sudán y Uganda están entre los que doblaron su gasto militar entre 1985 y 2000. Y no son los únicos, en el curso 2002-2003, los gobiernos de Bangladesh, Nepal y Pakistán invirtieron más en gastos militares que, por ejemplo, en programas de salud.
En el año 2004, el Servicio de Investigación del Congreso de los EE.UU. estimó que los países de Asia, Oriente Medio, América Latina y África gastaron 22.500 millones de dólares en armas, un 8% más que en el año 2003. Esta suma hubiera permitido a dichos países escolarizar a cada niño y niña y reducir la tasa de mortalidad infantil en dos terceras partes para el año 2015, respondiendo así a dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.” Mil muertes al día, ¿no son suficientes?.