Francisco J. Laporta: “Las dimensiones que ha adquirido entre nosotros el uso de la libertad de expresión no alcanzan para que uno pueda decir en voz bien alta que hay algunos de nuestros medios que son sencillamente indecentes. Eso se tomaría como una amenaza a tal libertad. Pero sí dan de sí para abrasar a un ciudadano, a un profesional, a un jurado, a un juez, o a una sala entera, si es el caso. Cuando a cualquier periodista le disgusta una decisión o un procedimiento judicial, va tranquilamente y denigra al juez. No faltaría más. Para ello no hace falta disponer de conocimientos jurídicos, sólo de libertad de expresión y de cuota de pantalla. Pero cuando alguien se propone recordarle al periodista algunos elementales principios de decencia profesional, entonces echa mano de la libertad de expresión y te apunta con ella. Ahí se acaba todo. Es preciso someterse al matonismo mediático. De lo contrario saldrás al día siguiente clavado en una columna infame, firmada de verdad o con pseudónimo, que eso a nuestra libertad de prensa le parecen minucias.” Juicios paralelos.