En España, todavía estamos relativamente a salvo del fundamentalismo sanitario de Inglaterra y otros lugares anglosajones. Por suerte, nuestros políticos saben que si se ponen tan moralistas como Blair en cuanto a la salud, perderán las elecciones. Eso sí, lo intentan. Ahí está la nueva ley del alcohol y toda la basura verbal de la ministra de sanidad en cuanto al tabaco. Menos mal que existen revistas como
El Malpensante, donde se encuentran ideas a la contra: “Como decía un sabio médico, entre las funciones del doctor está la de lograr que a sus pacientes les sea posible seguir haciendo las cosas agradables que les hacen daño
fumar en exceso, comer y beber en exceso sin que se maten antes de lo preciso.” Peter Marsh:
En alabanza de los malos hábitos.