En El problema de la barra de chocolate Adrián Paenza plantea un problema irrelevante, un enigma, y da una solución; pero siendo esto interesante y divertido, me interesa sobre todo la reflexión que hace sobre lo importante que pueden tener estos saberes aparentemente absurdos, que yo extendería a todo conocimiento: “El problema en sí mismo parece irrelevante. De hecho, lo parece porque lo es. Pero lo que no es irrelevante es advertir que en la búsqueda de la solución uno tuvo que imaginar diferentes situaciones. Quizá no le sirvieron para este ejemplo en particular. Pero son caminos por los que uno o bien ya anduvo o bien acaba de generar en su propio cerebro. ¿Cómo sabemos o, mejor dicho, cómo sabe usted que no va a utilizar en algún momento algo de lo que acaba de pensar? Más aún: ¿cómo sabe usted cuándo le va a servir haber descartado algo ya que le servirá en un futuro que usted no imagina? Tener este tipo de problemas permite entrenar el cerebro y estimular la imaginación. Nada más. Nada menos.”
2006-10-07 04:24
¿Cuál es el punto a partir del cual continuar pensando irrelevancias en lugar de estimular nuestro pensamiento lo deja varado? ¿Cuál es el instante en el que empieza a derretirse en nuestras manos cada onza de chocolate?