David de Ugarte presenta los fundamentos básicos de la filosofía de Slavoj Zizek, el filósofo eslovaco que está cobrando mayor importancia entre cierta izquierda, y que ha sido nombrado por este libro en varias ocasiones: “Zizek incluye a Freud/Lacan en un relato que en lo programático y de puro marxista que quiere ser, se aproxima más a Bordiga y la llamada izquierda italiana de la III Internacional que a ninguna otra reelaboración marxista del siglo XX. No es ninguna novedad el cocktail, aunque lo haga con más conocimiento de las fuentes y frescura que muchos de sus antecesores de los setenta. Anclado en el proyecto moderno y por mucho juego lacaniano que desarrolle en su ontología, resulta incapaz de construir una epistemología que permita avanzar un paso respecto a los órdagos postmodernos.
El proyecto implícito y explícito en el relato, la necesidad urgente e inmediata de la revolución y del paso directo a una sociedad desmercantilizada es un viejo tópico que no puede reconstruirse con paralajes arbitrarios que ya estaban en Marx y Freud. Hoy un filósofo debe dar una respuesta a la diversidad y a la identidad, no subsumirlas sin más en la melodía crispada del toque de rebato de una revolución pasada.” Slavoj Zizek y el paralaje
2006-10-04 13:10
La misión de un filósofo, según Ugarte, es la de abordar la identidad y la diversidad. Pues bien, no es cierto: un filósofo debe dar cuenta de lo que hay, sin centrarse en las ideologías de moda. Es más: en caso de abordarlas, debería desentrañarlas si se presentan tan falsas como la diversidad (¿dentro de la uniformidad capitalista?) y la identidad (¡menudo empacho identitario el del hombre actual!).
Para revoluciones pasadas, la cibernética.