Alberto Piris, Piénselo dos veces antes de volar a EEUU: “La nueva ley aprobada la pasada semana por el Senado de EEUU, aunque podría aliviar algo la alucinante perspectiva de las dos hipótesis antes comentadas [considerar cómplices de terrorismo a una anciana que donase fondos a una tapadera de Al Qaeda y a un profesor de inglés que impartiese clases a un terrorista, ambos sin saberlo, claro] deja, sin embargo, suficientes resquicios para violar los más elementales derechos de las personas en un sistema judicial. Por un lado, deja al arbitrio del presidente la definición de lo que constituye tortura propiamente dicha; por otro, aún más grave, suprime el derecho de un detenido como sospechoso de terrorismo a ser llevado ante un juez que determine la legalidad o ilegalidad de su detención, lo que en la tradición legal de origen británico se conoce como habeas corpus.”