Venga, anímense el día con unas carcajados a costa del ingenio de Jaime y Mi temporada en Ferrari: “Apreté el acelerador y salí a todo gas del box. Me llevé por delante a la jefa de prensa de Schumacher e incrusté el coche en el muro.
Le intenté echar la culpa al mono, pero llevaba puesto el ignífugo y no el africano, así que no coló.
Les convencí para que me dejaran probar con el otro coche.
Una vez se hubieron apartado todos los mecánicos, salí con algo más de tranquilidad y logré meter el coche en pista. Diecisiete minutos más tarde completaba mi primera vuelta. El ingeniero de pista me preguntó si todo iba bien. Le dije que sí, sólo que no tenía muy claro cómo cambiar de marcha. No encontraba la palanca.
Todo fue más fácil después de que me explicara que las marchas se cambiaban con unas palanquitas que había en el propio volante. Sí, mejoré mucho mis tiempos una vez supe eso. Catorce segundos. Eso fue lo que tarde en salirme de pista a doscientos noventa quilómetros por hora e incrustar el bólido en la ambulancia que se llevaba a la jefa de prensa a la que había atropellado antes.”