Enrique Vila Matas está aprendiendo a decir adiós, y con buen humor, asunto éste que debiéramos emular todos los españoles, y lo digo sin acritud: “Hay que empezar a ejercitarse en los adioses y decirle adiós a la cumbre racial de Sevilla, a los informativos de la primera, al lenguaje campechano de Camacho, a don Pío-Pío, a todo. Qué alivio. Con la mano les digo adiós, se lo han ganado a pulso. Adiós a Japón y Corea con un beso.”
Los adioses.