Paul Collier propone, para Frenar el éxodo aricano, una combinación de comercio, seguridad y buen gobierno: “El comercio de bienes es una alternativa al movimiento de trabajadores. El explosivo incremento de las exportaciones manufacturadas ha impulsado el crecimiento de Asia. ¿Por qué no África? Porque no está al mismo nivel competitivo. Aunque los salarios son igual de bajos, las ciudades asiáticas ofrecen economías de aglomeración, tales como grupos de empresas interconectadas, que reducen los costes de producción. Un Estado como Senegal, que es ahora el principal origen de los subsaharianos sin papeles que llegan a España, por ejemplo, podría generar muchos empleos en la fabricación de bienes de exportación, pero es incapaz de superar el umbral de tamaño que convertiría al país en una ubicación competitiva. Sólo lo lograría una vez que muchas empresas se hubieran instalado allí, pero ninguna compañía individual tiene incentivos para hacerlo. Lo que se necesita es algo de inversión para el relanzamiento económico que dé a las compañías senegalesas exportadoras un acceso privilegiado a los mercados europeos durante unos años. En principio, la UE ya tiene un acuerdo comercial de ese calibre llamado “Todo excepto armas”. Pero no funciona.”