Aunque la reacción más sencilla (y habitual) es protestar, la más efectiva sería actuar: los cambios empiezan en uno mismo. Roberto Hernández Montoya,
Venezuela, laboratorio internacional: ”[...] la solución de todo no es Chávez. Él tiene poder para solucionar muchas cosas, pero no todas. Es decir, la solución somos tú, tu vecino, yo. Chávez es importante, pero no decisivo. Decisivo eres tú. Chávez es el resultado de un proceso de años que fue creando la ecología sociopolítica mínima que requería para ascender hasta la cima. Pero esa cumbre no es una Montaña Mágica sino un desafío, el desafío de Damocles, para quien quiera que ocupe su posición. Cada quien debe trabajar en su nivel, en su espacio, hacer lo mejor.”