José Aguilar: “Este hombre da en el clavo. Últimamente se ha disparado, en efecto, la afición de los legisladores y gobernantes a dictar cantidades industriales de leyes, decretos, reglamentos, órdenes y normativas varias, sobre todo de carácter prohibitorio. Del prohibido prohibir de Mayo del 68 hemos pasado al prohibido no prohibir. Problemas y conflictos que sólo pueden resolverse –y sólo en parte– a base de educación y civismo aquí se intentan arreglar a golpe de represión, veto, interdicción y cortapisa. Para la autoridad es lo más cómodo: en vez de hacer planes y programas que prevengan ciertos males de la vida social –cuestan tiempo y dinero, además de diferirse sus resultados en el tiempo–, ley que te crió y sanción al canto, con lo cual la Hacienda pública sale beneficiada. Eso, si se ponen los medios materiales y humanos para hacerla cumplir, porque muchas veces se quedan en el papel BOE o papel BOJA, tanto monta.” Carta de un lector.