Pedro Luis Angosto, El arma del miedo: “Se puede tomar como punto de partida de la nueva civilización del miedo el luctuoso 11 de septiembre de 2001, empero, la cosa viene de antes. Aquel día y siguientes, hasta hoy, el mundo se cubrió de aviones suicidas que volaban por todo el planeta, los aeropuertos en «centro de seguridad», los derechos humanos en papel mojado, las libertades fundamentales en prescindibles, el carbunco y las armas de destrucción masiva en algo cotidiano. Pero no, la vida cotidiana había dejado de existir «sólo» para las víctimas de aquel atentado, igual que había ocurrido con otros muchísimos atentados en aquel y en otros países, con los millones de muertos en «guerras de baja intensidad» o debido al hambre o enfermedades que en occidente se curan con una aspirina o un pinchazo de penicilina. Las muertes debidas a las guerras o sus «efectos colaterales» en países del tercer mundo ya no llamaban la atención de nadie”