Aunque similar, el estado de la cuestión religión/escuelas es todavía más demencial en Inglaterra: “Por una parte, la Reina se agarra a su título de “defensora de la fe”, por otra, el Primer Ministro es quien designa al mismísimo jefe de la Iglesia anglicana. No es de extrañar que, así las cosas, las discusiones en este país no se centren en la separación entre Iglesia y Estado, pues ambos han permanecido intrínsecamente unidos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el tema que muchas veces ocupa multitud de columnas en los rotativos británicos es el que cuestiona la conveniencia de una educación basada en la fe. Si bien es cierto que las escuelas religiosas no son ninguna novedad en Gran Bretaña, ya que no hay que olvidar que, por ejemplo, la Iglesia de Inglaterra es responsable de la educación de alumnos en cerca de 4.700 colegios, hoy en día, el asunto ha cobrado un nuevo significado. El ejecutivo de Blair quiere ahora financiar escuelas que representen a otros grupos religiosos, como el musulmán, constituido por un millón y medio de personas en el país.” Religión en las escuelas: el experimento británico, de Chris Reynolds