En Hacia una ingeniería planetaria Antonio Martínez describe distintos proyectos que a lo largo de la historia trataron de impulsar la geoingeniería: “No hace muchos años, en 1993, la Fuerza Aérea estadounidense levantó en Gakona (Alaska) unas instalaciones conocidas como HAARP (High Frequency Advanced Auroral Research Project) englobadas como «proyecto de defensa nacional». Allí, en un apartado rincón de la Tierra, los científicos han diseñado un complejo entramado compuesto de 180 antenas, organizadas en 15 columnas, con la capacidad para emitir un 1 GW —un billón de ondas de radio de alta frecuencia— hacia la ionosfera. Aunque los fines del proyecto son supuestamente pacíficos, son muchos los que sospechan que este gran calentador ionosférico podría ser en realidad la más sofisticada arma geofísica construida por el hombre.”