Enrique Baltanás, sobre los Chaqueteros y conversos que la historia dio, y da: “Estas metamorfosis no se reducen a lo religioso, sino que se extienden a lo filosófico, a lo literario, a lo político.
Ha habido (¡muchísimos!) comunistas que se han hecho anticomunistas (y, por cierto, de los más beligerantes). Ha habido (¡muchísimos!) aristócratas y multimillonarios que se ha hecho comunistas.
Luis Alberto de Cuenca dejó un día de escribir a lo novísimo y se puso a componer poemas como si fuesen bocadillos de cómics con notable éxito de crítica y público.
¿Cuántos cambios no dio José Martínez Ruiz? Penduló del anarquismo al maurismo, del republicanismo al franquismo. Eso sí, sin inmutarse. Fue muy longevo Azorín.
Julio Camba no fue siempre el conservador escéptico que ha congelado su retrato más conocido como residente varado en el Palace. En su juventud rozó el atentado con bomba.”