Yo hace años que no conduzco. Por un lado, no me hace falta; por otro, me adapto. Sin embargo, me ha tocado muchas veces viajar con otros en un coche. Invariablemente, me toca a mí hacerme cargo de los mapas y la orientación de quien conduce. Así que conozco bien este problema. Ignacio Martínez: “Si ha tratado de salir de una ciudad, camino de otra vecina que no aparece en los carteles; si ya en la autovía los rótulos ignoran sistemáticamente los kilómetros que faltan para su capital de destino, si hay una obra que no ha sido indicada previamente y no se le indica una alternativa, si en un cruce de caminos desaparece inopinadamente de los letreros la localidad a la que se dirige, no pierda la calma, que le puede generar estrés. Va a perder tiempo, seguro, y ya de los nervios, puede pisar el acelerador más de la cuenta. Y eso es una amenaza para la integridad de los doce puntos de su carné de conducir.” Rótulos de carretera.