Tariq Ramadan escribe A los musulmanes de Occidente y sus conciudadanos y, tras acusar a Occidente de fomentar el aislamiento y la xenofobia, les pide que salgan de sus guetos y se relacionen con el resto de la ciudadanía: “Las sociedades occidentales no ganarán la batalla contra la inestabilidad social mediante un planteamiento basado únicamente en la seguridad. Las instituciones sociales, la educación cívica y la creación de empleo son preceptivas en las ciudades. El compromiso de los ayuntamientos puede suponer una diferencia en la lucha contra la sospecha, y los ciudadanos no deben dudar en llamar a su puerta y recordarles que, en una sociedad democrática, el representante electo está al servicio del electorado, y no al revés.”