Cualquier ficción es escasa ante las dimensiones reales de las guerras y las manipulaciones políticas. En Nombres Juan Gelman cita una conversación entre el Premio Pulitzer de periodismo Tom Ricks y el moderador de un programa de televisión: “H. K.: –Un momento, ¿está usted sugiriendo que Israel permitió adrede que Hezbolá retuviera una parte de su poder de fuego esencialmente con fines propagandísticos, porque la muerte de civiles israelíes lo ayuda en la guerra de las relaciones públicas?
T. R.: –Sí, es lo que me dijeron esos analistas militares.
H. K.: –Es un testamento extraordinario de la noción de que la muerte de gente de una de las partes enfrentadas no la beneficia porque nadie quiere que sus conciudadanos mueran, pero la beneficia en lo que se refiere a la batalla por las percepciones.
T. R.: –Exacto. Ayuda en el problema de (establecer) una moral superior, porque se sabe que las operaciones en Líbano provocarán también la muerte de civiles.”
Sin embargo, no parece que hayan tenido mucho éxito.