Una mirada a la aparentemente idílica y libertaria Amsterdan de la prostitución: “Mariska Majoor dirige el centro de información de prostitutas (PIC), situado en el corazón del barrio rojo. Esta ex prostituta denuncia que la prostitución se considere un problema y no una profesión. «Los gobernantes piensan que las prostitutas son estúpidas y que hay que protegerlas de sí mismas. Sin embargo la mayoría de estas mujeres son fuertes. Muy fuertes. Hay que dejar de verlas como víctimas.»
Majoor explica así que la mayoría de las chicas son jóvenes que quieren ganar mucho dinero de forma rápida para poder pasar a otra cosa: financiar sus estudios o viajes. «No le miento a nadie», subraya Maril. «De todas formas, cualquiera puede pasar por delante de mi ventana: mi familia, mis amigos.» Maril trabaja de forma independiente y es su propia jefa, alquila su local y paga sus impuestos.” El sexo se organiza, de Nicolas Baker.