Juan Urrutia: “Lo contó Albert interrumpiendo una conversación sobre el tamaño de la presunta finca que Polanco habría adquirido en el término municipal de Rupiá. Dice uno: tardo 45 minutos en atravesar mi finca en coche”. El otro se queda pensativo y finalmente murmura: “sí, yo también tengo un coche de ese tipo.
Yo me quedé helado. Ahí estaba lo abismal del lenguage, lo que lo hace inabarcable. En efecto, el chiste puede ir sobre fincas o sobre automóviles. Puede ir de pijos o de idiotas, o de un idiota y un pijo. O de payeses o de tontos, o de uno y otro, o de dos listos. Puede, según el caso, que la finca sea pequeña o grande y que el coche sea un magnífico todo terreno o un cacharro.” Chiste Beckettiano.