Sobre la obra del director de cine francés, Claude Chabrol. Terence Rafferty: “El tono gélido, absorto, que perfeccionó en esos años le permitió crear tensión de maneras que no dependían de satisfacer el deseo del público en lo relativo a la resolución de la trama. El suspenso residía en la aguda contención de la dirección, en la deliberada suspensión del juicio del artista sobre sus personajes, que a menudo eran muy, pero muy desagradables. En las mejores películas de Chabrol, como El carnicero, los mecanismos del thriller son casi irrelevantes. Lo que hace que el espectador esté en permanente tensión no es la pregunta de quién es el culpable, sino la de cómo se supone que reaccione cuando lo descubra, porque Chabrol no se lo dice.” Un maestro del mejor desconcierto.