Brillante Jesús Gómez: “El intelectual conservador no necesita pensar nada. Su trabajo es la defensa de lo establecido; pocas veces se encuentra en posición minoritaria, y pocas veces se encuentra en la obligación de hacer algo más que dar cierta cobertura académica (o estética) a propuestas ya extendidas por la mayoría moral dominante. Es lo que hace el típico defensor, económico, político, del neoliberalismo. También es el negocio de casi todos los intelectuales de izquierda. La única diferencia es que la izquierda siempre sale perdiendo en el combate de los conservadores: se traiciona.
Ese error nos va a arrastrar hasta el fondo. Se ha impuesto un automatismo bidimensional, plano, que anula el pensamiento a favor de distintos niveles del status quo. Sólo hay que ver las referencias de tantos intelectuales progresistas, adictos a manifiesto como cierre de filas. No buscan la creación, no persiguen preguntas y respuestas, no premian la rebeldía, renuncian a aprender, desprecian los hechos. Son simples intercambios, de caricias o golpes, con un interlocutor tan cuidadosamente elegido que siempre es la galería de su propio público y el contrario absoluto, es decir, el aplauso del convencido y la comodidad de enfrentarse a quien va a reafirmar, por boba ley de contrapeso, las posiciones propias. Bush o Castro. Hezbolá o el gobierno israelí. Como en pleno estalinismo, cualquier objeción se castiga con la amenaza, el insulto y la marginalidad.” De intelectuales y conservadores.
2006-08-18 15:48
Felicidades por el blog y completamente de acuerdo con el post. Un buen libro sobre todo esto es el de J.M. Ridao “Weimar entre nosotros”
2006-08-18 16:07
Penoso