Rodrigo Fresán elucubra y versa en torno a la aparición de Fidel: “Tres Meses atrás, en Ciudad de México, fui a ver una exposición sobre esa famosa e icónica foto del Che Guevara que le había tomado un fotógrafo llamado Korda. La exposición trataba del modo en que esa foto —como un virus gráfico— se las había arreglado a invadirlo absolutamente todo, fagocitando otras fotos, ascendiendo primero al inevitable y fácil símil jesucrístico para, enseguida, ser «homenajeada» por Madonna, por los Simpsons, por absolutamente todo y todos. Recuerdo que salí de la muestra mareado y volví a mi habitación de hotel y me fui a mojar la cara al baño y me vi en el espejo y entonces pegué un grito porque… porque… hasta esa mañana yo nunca había tenido barba. Casi medio año más tarde sigo gritando, pero el problema es que ahora me parezco más a Castro hablando por teléfono.” 999 palabras.