Carlos Alonso Romero, Contra el Arte: “Supongo que en parte será mi manía de darle la vuelta a las cosas, pero creo que el habitual empeño en juzgar el arte y la cultura por pura percepción elemental, es decir, casi de forma intuitiva y partiendo de la dicotomía primigenia me gusta/no me gusta, ha devenido un subterfugio para disculparse (hacia adentro y hacia afuera) por el propósito ya asumido de no afrontar ninguna profundización ulterior, por la vía que sea (lectura, debate, documental…). Vagancia, vaya.
Creo además que parte del ataque a los intelektuales que se hace en determinados foros y papeles se formula sin haber acudido primero a conocer las opiniones y juicios de esos intelektuales. Otra cosa bien diferente sería documentarse primero y dejar claro después que la opinión intelektualizada de la mayoría es una puta mierda. Eso es más que legítimo. De hecho, es hasta catártico (y necesario). Pero a lo que iba, el desprecio del conocimiento exhaustivo formulado por los “percepcionistas” (vamos a llamarles así, aunque sea sólo por joder) puede no ser más que una exculpación por la propia ignorancia o incapacidad.”