Íñigo Sáenz de Ugarte, Un enemigo duro y bien preparado: “Varios soldados reservistas se han quejado al diario Haaretz de que han entrado en Líbano sin la preparación y el armamento adecuados. Ya tienen bastante con mantenerse vivos ante un enemigo que ha tenido seis años para poner a punto la táctica y el material necesarios.
Tras concluir el servicio militar, los israelíes pasan a la reserva y una vez al año son convocados por el Ejército para realizar maniobras y, en definitiva, estar preparados. El tiempo de esa breve llamada a filas depende de la unidad en la que estuvieron destinados. Desde el 2000, si han sido desplegados sobre el terreno, más allá de las maniobras, lo ha sido para participar en operaciones militares en Gaza o Cisjordania.
El sur de Líbano no está siendo tan fácil y está colocando a las tropas israelíes ante un enemigo con más moral de lucha y, sobre todo, con mejor armamento. No disponen sólo de kalashnikov y lanzagranadas modelo RPG, las armas habituales en las fuerzas guerrilleras de medio mundo. Con esos instrumentos, resulta bastante complicado dañar los tanques israelíes Merkava, que ya no parecen ser un escudo infranqueable para sus tropas. ”