En Galicia estamos bajo la influencia de un anticiclón y no se ve ni una nube en el cielo. Sin embargo, durante larguísimos trayectos no se ve el sol: el humo de los incendios lo impide. Llaman las autoridades a la colaboración ciudadana: imposible en una sociedad como la gallega, donde casi cada vecino podría dar un nombre. La primera medida seria que tendrían que tomar es limpiar u obligar a limpiar los montes y caminos. Xosé Luis Barreiro Rivas, Los mitos del fuego también se caen: “Claro que, con el bosque, también se queman los mitos. Y ahora ya sabemos, por ejemplo, que las malas rachas de fuego que sufrió el PP no estaban provocadas —como ellos insinuaban— por el BNG, salvo que hoy apliquemos —sensu contrario— el mismo razonamiento. También estamos aprendiendo que en la dialéctica entre el pirómano y el bombero, que inspira la actual política forestal, gana siempre el pirómano. E incluso empezamos a ser conscientes de que la retórica de la «criminalidad desaforada» no es más que el último recurso que nos queda antes de reconocer que el refuerzo constante de los sistemas contra incendios constituye una política insostenible y equivocada.”