Comentarios

1. Gilead
   2006-08-04 15:54

   En mi humilde opinión y desconociendo al autor del texto, creo que la afirmación “quien sólo lea periódicos españoles puede creer que la guerra de Irak la declaró Aznar, pero que luego le puso remedio Zapatero” es muy simplista. Si en algo hay que felicitar a la prensa española es a que mira más hacia el exterior que la prensa de otros países con tradición periodística. Aunque haya quien crea en la afirmación, no considero que lo comparta la mayoría.

   Respecto a guerras civiles en todo el mundo, creo que vuelve a caer en la simplicidad. Ni estamos en el siglo XIV porque todos dependemos de todos, no como en aquella época donde las relaciones estaban más difuminadas, ni existen únicamente dos polos enfrentados en cada país.

2. Marcos
   2006-08-04 16:01

   La teoría de Hardt y Negri en la que creo que se basa la afirmación de Azúa (o al menos con la que coincide) es que vivimos en un estado imperial, en el que cualquier guerra tiene lugar dentro del imperio y, por lo tanto, es una guerra civil. Lo que viene a decir en definitiva es que cualquier guerra viene motivada por disputas que finalmente afectan a poquísimos intereses, y todos ellos globales. Un ejemplo simple y ficticio: si sirge una guerrra entre dos países africanos por el control de las minas de oro, finalmente la guerra está “tutelada” o “afecta” a las empresas multinacionales que gestionen o quieran gestionar esa minas. El resultado de esa guerra, pues, afecta al “Imperio”, al mundo, y por lo tanto es una guerra civil.

   En cuanto a la afirmación inicial referida a la prensa nacional española, es simplista sí, pero casi exacta: la manipulación y maniqueísmo de TODA la prensa española es penosa.

   Saludos.

3. Manuel Allué
   2006-08-04 23:08

   Estábamos entusiasmados con Félix de Azúa cuando todos éramos tan jóvenes y él era uno de los nueve “Novísimos”. Han pasado demasiados años y ahora lamentamos no creernos nada. A pesar de que tenga razón en su texto. De que “casi” tenga razón. Pero no nos gustan sus compañías, ni su tono periodístico “épateur” (que se puede traducir por “perdonavidas”) ni su partido político (¿es partido?, ¿es político?). Nos da pena, a lo mejor, de que hayan pasado tantos años.

4. Balabasquer
   2006-08-05 00:38

   Otra de las obsesiones cainitas de este país, esta vez en el contexto del ejercicio del debate político o intelectual, consiste en rebuscar el currículo de una persona en lugar de centrarse en valorar y analizar objetivamente el concepto que expone.
   No conozco el historial humano, personal y mucho menos el político del Sr.Felix de Azúa, Dios me libre, pero el concepto de guerra civil que expone es además de inteligente, cierto.
   Que la credibilidad y calidad de la prensa española está bajo mínimos, es una realidad incontestable.
   Que en temas de política exterior es absolutamente inepta también.
   Sencillamente porque la prensa es eso, cainita entre otras cosas y secuestrada por el poder.
   ¿Sabemos como se nos ve desde el exterior de nuestras fronteras?
   ¿Algún periodista independiente explica algo realmente contrastado e investigado en prensa, acerca de nuestra irrelevante política exterior?
   Yo no lo veo por ningún lado.
   No he leído nunca nada inteligente y mucho menos veraz, acerca de nuestras relaciones exteriores kafkianas con Marruecos.
   Lo mismo digo respecto del conflicto, del cual somos generadores, del tema saharaui.
   Sobre Guinea Ecuatorial, se podrían escribir editoriales para aburrir.
   Tal vez no haya periodistas con suficiente formación en política exterior o tal vez no tengan la dosis mínima de “libertad” para contarnos las realidades.
   Sería bueno que algún Cid Campeador de la pluma y con suficiente conocimiento de la idiosincrasia africana, le contase a los lectores y de paso exigiese al Sr. Moratinos responsabilidades, por engrosar las cuentas corrientes de los dictadores africanos, a cambio de que controlen las salidas de cayucos.
   Desde su visita a estos países, no solo no han disminuido las avalanchas de cayucos, si no que se han multiplicado, como se podía prever por cualquier mente lúcida.
   Cainismo político.
   Cainismo intelectual.
   Cainismo periodistico.
   El mundo mientras, sigue girando.
   Nosotros mientras, discutimos si son galgos o podencos y ya sabemos como acaba la fábula.

5. Manuel Allué
   2006-08-05 00:53

   Sr. “Balabasquer”: siento decepcionarle pero mi precario cainismo (ni cainismo ni nada) no me ha llevado a rebuscar ningún currículo precisamente porque sólo he tenido que acudir a una memoria de la cual, mire por donde, éramos contemporáneos, Félix de Azúa y unos cuantos más. Las memorias se conservan, seguramente deformadas, pero las devociones, y de eso precisamente estábamos hablando, se pueden alterar todo lo que el Dios de Caín (y el de Abel) nos den a entender.

6. Balabasquer
   2006-08-05 11:56

   D.Manuel, no me distraiga la mente.
   En su propio texto, usted admite la corrección del argumento de D.Felix, para a continuación, contarnos que no le gustan sus amistades políticas y otras circunstancias personales suyas.
   A eso le llamo yo cainismo.
   Valorar antes la pertenencia a una tribu que el razonamiento del individuo.
   El partido político antes que la credibilidad y sensatez individual.
   No se me altere, tiene usted todo el derecho a conocer a D.Felix mejor que nadie, yo no, me limitaba a compartir con él, el argumento concreto del artículo en cuestión.
   No pertenezco a ninguna tribu, etiqueta, partido, lista, contubernio ni circulo de poder y desde ese punto de vista, si el mismisimo diablo me argumenta un buen concepto, le sigo.
   Si Aznar lo hace le doy la razón puntualmente y si lo hace Carillo, también.
   Quememos los carnets, las listas y las adhesiones inquebrantables.
   Saludos

7. Manuel Allué
   2006-08-05 20:21

   Lo que hemos alterado, señor mío, son nuestras devociones, las hemos modificado, las hemos, digámoslo así, mudado. Han pasado los años, que es lo que queríamos decir con nuestro mensaje, y los antiguos estetas (eso es lo que también queríamos decir) se han ido transformando (nosotros no) en guardias morales. Inteligentes, acertados muchas veces, incluso MUY acertados. Pero vigilantes y estéticamente confusos: nos gustaban más, antes (siempre hay un antes), Albert Boadella, Félix de Azúa y no sé si Arcadi Espada. Que estamos convencidos de que se han metido en un lío. Y que es, también, lo que sentimos. Sinceramente.

   Un saludo, también (nosotros no somos aficionados a quemar nada).