Al igual que ocurriera en Irak, las bombas tampoco respetan el patrimonio artístico en Líbano; pudiera parecer trivial quejarse de esto cuando mueren decenas de civiles a diario, pero es más importante de lo que pudiera parecer: “El embajador Hamdan dijo ayer que “el castillo de Chkais, construido en la época de las Cruzadas, ya fue destruido por los bombardeos, así como otras ruinas históricas en Tiro, que datan del tiempo de los fenicios. El gobierno está poniendo su esfuerzo para evitar que Baalbek sea totalmente destruida”. Pese a haber sido víctima de otras guerras y terremotos, las bellísimas ruinas de Baalbek supieron albergar, entre sus monumentos, el Gran Templo de Júpiter, el Templo del Sol y el Templo Circular de Venus, todos ellos anteriores al año 200. En el sur del Líbano “ya no quedan ni templos, ni escuelas ni bibliotecas. El Ministerio de Educación procura hallar lugares alternativos para que los niños no pierdan el año escolar, pero el riesgo es enorme”, dijo Hamdan. A juzgar por lo ocurrido en Irak, cuna de la cultura legada al presente, la humanidad parece condenada a perder la memoria bajo fuego. ” Las víctimas silenciosas, de Susana Reinoso.